
El cartel era simple, con una frase algo burda (PUTO EL QUE LEE), la cual desató la cólera de sus clientes, los cuales le saquearon todo, dejándole solo dos bolsas de papas.
Gracias a esta fallida burla y para no quebrar, a Herminio se le ocurre la muy acertada idea de vender las papas lavadas y peladas, lo que encantó a las damas cogotudas del barrio, que no eran muy aficionadas a las tareas culinarias.
Hoy en día la familia de Herminio tiene la más grande envasadora de papas procesadas, bajo el nombre de “PAPAS McCain”, pero todavía en los paquetes en letras chicas puede leerse “de Herminio Rozo McCain”
aclaración: muchos historiadores creen que lo que inmortalizó a Herminio Rozo McCain no fueron las papas, sino la polémica frase que hoy en día sigue en vigencia y dando que hablar
A continuación, si quiere, puede dejarnos una pregunta de cualquier índole, ya que nuestro especialista, el gran Rolón, elegirá una, la cual será contestada mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario