345.Un día como hoy...

Pero de 1965 Hermes Bolnay, inaugura la primera agencia caza fantasmas de Tucumán, obsesionado con el tema de las apariciones, que este tenia permanentemente en muchos de sus desvariamientos, debido a una esquizofrenia múltiple que lo llevaba a mal traer y que lo enfrentaba, con lo que el describía como las tres entidades del mal.
Al parecer y por mucho de los relatos que se le conocen, las alucinaciones que tenia en cuestión eran un ratón similar a Mickey que según Bolnay era el peor de todos por que te miraba fiero y te hacia sentir mal, una especie de bruja con escoba de esas que describen en los cuentos infantiles, y una salchichón primavera que indigestaba a cualquiera que lo probaba, y que siempre andaba tentando a la gente regalando sándwiches.
La agencia funcionaba en el garaje de su casa, y demás esta decir que nunca nadie solicito sus servicios, pero a Bolnay esto no lo amilanaba, por que una ves al día seguro que se topaba con alguna de las alucinaciones y se enfrentaba en plena vía publica.
Los enfrentamientos divertían mucho a los vecinos que cada vez que veían a Hermes entrar en acción, hacían correr la bola, y se juntaban para ver el espectáculo, algunos osados llegaron a hacer apuestas acerca de con quien se enfrentaba en la contienda, y se escuchaban cosas como “es el Ratón diabólico mira como se tapa los ojos para que no lo mire mal”, o “es el salchichón fíjate que se tapa la boca con la manguera para no probar del chogusan”
Pero todos sabían que solo era cuestión de tiempo para que Bolnay terminara internado en un psiquiátrico, y así fue, cierta mañana en la que se le apareció la bruja, Hermes le pego muy fuerte en la cabeza con una llave inglesa, y para desgracia de todos se trataba de la hermana Bernarda, que si bien era parecida a la bruja, era más buena que el Quaker, y muy querida por todos, ya que siempre regalaba tortas que ella misma cocinaba en el convento.Así terminaron los días de la agencia y a Hermes Bolnay lo confinaron en un manicomio donde cuenta la leyenda se hizo amigo del ratón y de la bruja con los cuales jugaba a las cartas, no así del salchichón que según el era por demás de mal hablado.