281.PEDRASAS en FOTOS

Hoy: “Mejor copiloto que conductor”
Foto comentada por Wilson (el mayor y más langa de los Pedrasas)

La verdad que ahora me da un poco de risa, pero en ese momento estaba más cagado que un bebe después de comer compota de higo.
Yo se que en esa época éramos jóvenes, bueno más jóvenes que ahora, y no sabíamos bien lo que hacíamos, bueno todavía no sabemos muy bien lo que hacemos, pero no entiendo como pudimos robarle el auto a la abuela rolinga.
Solo me acuerdo que era un sábado a la noche, y nos habíamos quedado a ver “el Kenia Sharp Club” en lo de la abuela, ella después de su séptima copa de oporto se durmió, y yo que estaba medio embolado me fui al garaje para buscar una revista del primo Bob, las cuales estaban guardadas en unas cajas de cartón por ser medias zafadas de contenido.
Cuando llego veo que el auto tenía la puerta abierta, y cuando me acerco para cerrarla observo que las llaves estaban puestas. Me quede ahí parado unos segundos pensando que hacer, cuando de golpe vino el pendejo y me dijo “vení que te vas a perder la Trasnoche Aurora Grun… uhhh… no me digas que se olvidó las llaves?... y si vamos a dar una vuelta?”.
La verdad que las palabras de Miguelitos eran lo que estaba esperando para armarme de valor y sacar el auto.
Solo me acuerdo que cuando volví en si, Miguelito ya estaba sentado en el auto y me gritaba “yo soy el copiloto”… en ese momento no entendí porque quiso ser copiloto, pero bueno aproveché y agarré el volante, le di contacto, miré cuanta nafta tenía, pisé el embriague, puse primera, aceleré y nos fuimos a dar una vuelta por el centro de Santa Fe.
La verdad que nos estábamos divirtiendo muchísimos, me acuerdo que el pendejo le gritaba a cualquiera que pasaba cerca del auto… juajuajua… si me acuerdo hasta la cara de una señora a la que le gritó algo de Silvio Rodríguez, y bueno en esa época el pibe estaba a full con el unicornio azul.
También me acuerdo que se piropeó a varias chicas, que se hacían las indiferentes, pero yo estaba seguro de que se morían por subir al auto y dar unas vuelta con nosotros.
Después de pasar por varios boliches de la zona, como Plástico, la Volanta y Acrópolis, le dije a Miguelito “dale… ahora cambiamos que yo quiero gritar un poco”.
Freno el auto, me bajo para subir del otro lado, en ese momento Miguelito se pasa por adentro, arranca, y se pone un piñón contar una columna de luz.
Yo, que me había quedado en el medio de la calle parado, no podía creer lo que se había mandado el pendejo.
Me acuerdo que del cagazo que tenía ni se bajo cuando vino la grúa, si hasta el mecánico se quejó por tener que arreglar el auto con mi hermano sentado dentro.
Lo bueno, es que mi abuela ni se enojó con nosotros, y es más esa noche nos hizo una rica sopa, pero eso ya es otra historia, la cual algún día se las contaré.
Ahora los dejo, porque me di cuenta que ya escribí mucho.
Hasta la próxima… que Dios los bendiga.

aclaración: Miguelito me hizo acordar que la historia de la sopa ya la había contado, así que la próxima le cuento otra mejor.

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